Limpia de forma suave, pero constante

El mármol es poroso, lo que significa que absorbe fácilmente la suciedad y los líquidos. Por eso, lo primero es evitar que las manchas se acumulen. ¿Cómo?

• Barre o aspira a diario para eliminar el polvo.
• Usa una mopa húmeda con agua tibia y unas gotas de jabón neutro.
• Nunca utilices productos abrasivos, amoniaco o vinagre, ya que dañan la superficie.

Usa productos específicos para mármol

No todos los limpiadores valen. Si quieres mantener el brillo natural, apuesta por productos diseñados especialmente para mármol. Estos ayudan a conservar el pH adecuado y protegen la capa superficial del material.
 Si no estás seguro de qué usar, consúltanos y te asesoramos sin compromiso.

Protege el suelo del desgaste

Una de las mejores formas de conservar el brillo es evitar el desgaste prematuro. Algunos consejos prácticos:
Coloca alfombras en zonas de mucho paso.

• Usa protectores en las patas de muebles.
• Seca cualquier líquido de inmediato para evitar manchas profundas.

Aplica cera o abrillantador cada cierto tiempo

Si tu suelo empieza a perder ese brillo espejo que tanto lo caracteriza, puedes aplicar una cera o abrillantador específico. Estos productos rellenan los poros y reflejan mejor la luz. Eso sí: su uso debe ser ocasional y siempre siguiendo las instrucciones. Un exceso puede generar residuos o dejarlo opaco.

¿Y cuándo toca pulirlo?

Aunque los cuidados diarios ayudan mucho, llega un momento en el que el mármol necesita una renovación más profunda. Si notas que el suelo está apagado, rayado o sin vida, es momento de realizar un pulido profesional. Este proceso devuelve el brillo original y elimina imperfecciones.

En  Pulidos Padilla podemos valorar tu caso sin compromiso y ofrecerte la mejor solución. Nuestro objetivo es que tu mármol luzca como el primer día… o mejor.